¿Escribir y leer?


Antes de ponerme manos a la obra, me gustaría presentar esta nueva sección. En realidad tampoco puedo decir mucho, salvo que entre letras ha nacido para daros un poco la tabarra con mis experiencias personales como lectora e intento de autora. Sí, en resumidas cuentas, vais a leerme desvariar sobre mis jaleos literarios. Espero que alguno os resulte interesante.

 Para inaugurar sección he decidido contestar a una pregunta: ¿lees algún libro mientras estás escribiendo?
 A veces esta cuestión puede suponer un quebradero de cabeza (al menos para mí, espero no ser la única que se devana los sesos con estos temas). ¿Leo algo para descansar de la historia que llevo a medias, o mejor espero hasta terminar para centrarme más en mi trama? ¿Las lecturas que elija van a influirme en el estilo o las decisiones que tome a la hora de escribir?
 Mi respuesta: cada escritor es un mundo. Yo, si me dan a elegir entre leer mientras escribo o no hacerlo, me quedo sin duda con la primera opción. Para qué mentir, siempre he sido una lectura voraz (aunque ahora estoy saliendo de un bloqueo muy largo, pero esta es otra historia y será contada en otra ocasión) y me siento extraña sin un libro entre las manos.
 Además, si bien es cierto que el motivo principal por el que escribo es para dar un descanso a mi mente y desconectar del día a día, trabajar en una novela, un poemario o una recopilación de relatos puede llegar a ser agotador a más no poder. Digamos que me tomo la lectura como el descanso de los descansos. Ese ratito de manta, café y libro es el único momento en el que puedo desconectar incluso de mí misma y de mi irritante Pepito Grillo. A veces el rato de lectura llega deprisa y corriendo, en el asiento del autobús, en la parada, en la cafetería mientras espero a alguna amiga, en los rincones más extraños de la calle cuando necesito detener el tiempo un rato. Sobre todo ahora que vuelvo a recobrar el ritmo, leer es para mí tan necesario como respirar.
 Con la escritura me sucede otro tanto. Buena prueba de que no puedo elegir una es que en mi mochila siempre hay un libro, un cuaderno y un bolígrafo mezclados con la algarabía de cosas que suelo llevar siempre encima.
 Escribir es cubrir también la necesidad de viajar lejos, tan lejos como mi cabeza quiera llevarme. Desconectar de cuanto tengo alrededor, aclarar ideas, liberar emociones, crear. Es algo sin lo que tampoco me siento completa.
 Muchas veces temo que mis escritos se vean influidos por las lecturas que tenga entre manos en ese momento, de modo que intento elegir libros de estilo y temas muy diferentes a lo que estoy escribiendo. Ahora bien: sé que gran parte de estos miedos se deben a la inseguridad. Con el tiempo he aprendido a leer lo que me apetezca cuando me apetezca, si el cuerpo lo pide es por algo y no puedo permitir que esas ideas me machaquen a cada página. Si lo hago, lo único que voy a conseguir es no disfrutar del libro y bloquearme escribiendo.
 Si os ocurre eso, tenedlo en cuenta: somos lo que leemos, pero hasta cierto punto. Es la suma de todas las historias que entran en nosotros las que nos van forjando un estilo. Además, vuestro trabajo está planificado ya con todo el cuidado del mundo. La idea que ha surgido en la cabeza es fruto de vuestra imaginación, del mensaje que queráis hacer llegar y los personajes, escenarios e historias que os morís de ganas de mostrar. No es malo si se perciben similitudes con cierto autor o autora en nuestro estilo, todo el mundo conserva alguna pincelada de quienes más han calado en su corazoncito lector. Lo malo es torturarse por ello. Todos tenemos un estilo propio y a quien no lo ha encontrado aún, le llegará conforme continúe escribiendo y explorándose.

Para resumir todo este jardín que acabo de plantar en un momento: haced lo que os pida el cuerpo. Alejarte de los libros mientras acabáis un proyecto no va a haceros peores lectores; leer cosas variadas mientras escribís no va a enturbiar las ideas que ya habéis planificado ni a alterar vuestra rutina de escritura. Elegid en cada momento lo que os apetezca, lo que os haga sentir mejor. Todas las opciones os van a hacer crecer de una forma u otra.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Enfermedades mentales, esas grandes desconocidas

Despertar