Bloqueo lector y cómo superarlo


Como ya mencioné en la entrada anterior, estoy intentando salir de esa etapa que toda persona amante de la literatura odia con todo su ser: el bloqueo lector.
 Por desgracia, todos sabemos muy bien lo que es; hemos sentido esa incapacidad para sumergirnos en una historia o sostener un ensayo entre las manos. Y, aunque siempre he sabido la teoría al pie de la letra, verse en situación es bastante diferente.
 Una cosa muy importante a tener en cuenta es que cada bloqueo tiene unas causas diferentes y estas pueden variar incluso en una misma persona, dependiendo del momento de su vida en el que se encuentre. Las mayores causas del bloqueo suelen ser cansancio, estrés y/o falta de tiempo. Y no es de extrañar, pues hoy en día lo que entendemos por normal es cargarnos cientos de cosas sobre la espada: estudios, trabajo, vida social, deporte, vida familiar... En cuanto tenemos la intención de coger un libro, solemos sentir que al día le faltan un buen puñado de horas. O, directamente, caemos rendidos ante Morfeo sin ser capaces de haber avanzado más de un par de páginas.
 Algunas personas entre las que me incluyo, cometemos el error de tomarnos la lectura como un reto. Pensamos que escribiremos mejor cuanto más leamos, que nos tomarán más en serio o nos sentiremos mejor con nosotros mismos. Pero no, os aseguro que esto no es así. Al final ese susurro interno vuelve el placer de la lectura una obligación que nos somete a muchísima presión. El resultado de todo esto no es otro que el bloquearnos y sentirnos incapaces de terminar un libro, lo cual nos hace sentir culpables por no leer y vuelta a empezar. Es un círculo vicioso del que cuesta mucho, casi demasiado, salir.
 Sin embargo, y aunque no soy ninguna eminencia, me gustaría dejar una serie de consejos que a título personal me han ayudado mucho a la hora de reencontrarme con la lectura.


  • Primero de todo, y aunque resulte lo más absurdo del mundo, recuerda por qué te gusta tanto leer. ¿Qué te aportan los libros? ¿Paz? ¿Viajes sin salir de casa? ¿Más conocimiento acerca de ese tema que tanto te apasiona? Desconecta y dedica un tiempo a pensar en ello. En cuanto hayas encontrado la respuesta, el deseo de querer sentir esa sensación de nuevo te motivará muchísimo a coger un libro.
  • Busca el mejor momento. A veces nos toca hacer malabares con el horario para podernos dedicar algo de tiempo. Cuando tu agenda pese demasiado, recuerda que necesitas reservarte al menos un momento al día para desconectar y recargar pilas. En los días que tu cabeza necesite un respiro y tengas la oportunidad (sobre todo si no te mareas), aprovecha los trayectos en transporte público o en coche si no eres quien maneja el volante. Mi momento ideal para leer siempre es antes de acostarme, tras una ducha caliente. ¿Qué mejor recompensa después de un día agotador?
  • Lee solo por leer. No recomiendo poner retos ni objetivos de lectura cuando estamos tratando de superar un bloqueo, porque si no los alcanzamos volverá la culpa y de nuevo la pescadilla empezará a morderse la cola. Lee para relajarte, para desconectar, para informarte, para imaginar... Pero ten siempre muy presente que la lectura no es una competición.
  • Encuentra tu libro ideal. Sí, esto es lo más absurdo de todo, pero tengo que decirlo: lee lo que te apetezca. Da igual que siempre te haya encantado la ciencia ficción. Si sientes que te cuesta leerla, échale un ojo a esa novela romántica que te llamó la atención el otro día. O al libro de aventuras que te recomendaron la semana pasada. O a ese ensayo tan interesante que llevas meses deseando leer... Elige lo que te pida el cuerpo. 
  • Pide recomendaciones. A veces necesitamos tener algo diferente entre las manos para volver a sentirnos hipnotizados por un libro. ¡Siempre es bueno descubrir cosas nuevas!
  • Busca un espacio agradable para leer. No siempre tenemos la opción de estirarnos en el sofá con un chocolate caliente al lado, pero podemos encontrar buenos rincones de lectura si miramos con atención a nuestro alrededor. Por ejemplo, ese banco del parque donde da el sol, o el rincón mejor iluminado de la parada de autobús.
  • Por último, pero no menos importante toma la lectura como una recompensa. No es tu obligación. No va a ocurrir nada mano si no lees 20 libros al mes, no vas a ser menos inteligente ni a escribir peor. Está bien si lees un libro al día o una página a la semana, lo importante es que te salga del corazón hacerlo y disfrutes al máximo con cada palabra.

Puede que sean unas pautas muy básicas, pero ojalá os ayuden si estáis, como yo, en proceso de abandonar ese túnel. Os deseo muchas lecturas felices. <3

Comentarios

Entradas populares de este blog

Enfermedades mentales, esas grandes desconocidas

Despertar

¿Escribir y leer?